Las ceremonias y sacramentos de la Iglesia son realizados por sus ministros debidamente autorizados y consisten en los siguientes:

Ordenación

Es la consagración de personas debidamente calificadas para el ministerio profesional de esta Iglesia. Se manifiesta por la imposición de manos por parte de Ministras y Ministros ordenados y autorizados o Las Obispas y Obispos de la FUICM, seguidores de estos Estatutos.

Obtención de Membresía en la Iglesia

Será conducido por la Pastora, Pastor o Líder Pastoral Interino delante de una congregación local, dentro de cualquier servicio de culto regular. De acuerdo con los requisitos establecidos por la iglesia local, una persona bautizada como Cristiana puede convertirse en miembro activo de la Iglesia o grupo local, mediante una carta de transferencia de una organización Cristiana reconocida o mediante una profesión de fe.

Santa Unión o rito del Santo Matrimonio

Es la unión espiritual de dos personas, debidamente efectuada por una Ministra, Ministro o Líder Pastoral Interino de la Iglesia, o por Una Obispa u Obispo de la FUICM. Después de que ambas personas hayan sido aconsejadas y amonestadas sobre sus responsabilidades recíprocas, puede conferirse este rito de bendición de Dios.

Comunícate con el pastor para hacer cita de las pláticas matrimoniales y discutir tus planes. Habrá tres reuniones para el rito.

Servicio fúnebre

Conducido adecuadamente por los Ministros de la Iglesia para el ser fallecido.

Imposición de las manos

U oración para los enfermos del cuerpo, mente o espíritu, debe ser conducido por los Ministros de la Iglesia, a su entera discreción, cuando se les solicite.

Bendición

Puede ser conducido por los ministros de la Iglesia para personas, objetos o relaciones, cuando la Pastora o Pastor lo decide adecuado. Este rito incluye la dedicación de edificios, casas, terrenos o iglesias para gloria de Dios.

Sacramentos

Esta Iglesia acepta y celebra dos santos Sacramentos:

  1. EL BAUTISMO por agua y en el Espíritu, como aparece en Las Escrituras, es el signo de la dedicación de cada vida a Dios y a Su Servicio. A través de las palabras y los actos de este sacramento, la persona que lo recibe se identifica como la Hija o el Hijo de Dios.
  2. LA SANTA COMUNIÓN es la participación del pan bendito y del fruto de la vid de acuerdo con las palabras de Jesús, nuestro Señor: “Este es mi cuerpo... esta es mi sangre” (Mateo 26:26-28.) Toda persona que crea, confiese y se arrepienta y busque el amor de Dios a través del Cristo, después de examinar sus conciencias pueden participar libremente en la comida comunitaria, simbolizando su deseo de ser salvos por el sacrificio de Cristo Jesús, participar en la resurrección de Cristo Jesús y dedicar sus vidas renovadas al servicio de Cristo Jesús